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El tanque de Mamá

Como de costumbre, cada año llega la fecha tan esperada; día en el que cada uno busca agradar a quien le dio a luz con algún presente para amor o admiración
el tanque de mamá
El tanque de mamá devocional cristiano.

Una madre es, sin lugar a dudas, el instrumento de bendición por el que Dios nos puso en este mundo. A lo largo de los años y aún en la adultez sus sabias palabras nos orientan, enseñan y corrigen. ¡Cuán bendecidos somos!

Como de costumbre, cada año llega la fecha tan esperada; el día en el que cada uno busca agradar a quien le dio a luz con algún presente que exprese amor o admiración. Indagamos tratando de acertar con el mejor regalo posible; lo material, lo obsoleto, lo que tarde o temprano se dañará… Esto debe estar en segundo plano. Su tanque se llena de otra forma.

Las madres tienen en sus radares el chip de ¨Lo que haces y dices me importa más que lo que puedas dar¨.  En muchos casos nos reservamos las muestras afectivas todo un año, ¿en serio compensaremos eso en un día? ¿Lo hará un obsequio, unas lindas palabras en Facebook celebrando la ocasión? ¿Algo lindo en su cumpleaños? Absolutamente no. Es un ejercicio constante. Nuestras madres a diario nos gritan te amo sin siquiera abrir los labios, ¿Cuán frecuente lo gritamos nosotros? ¿Somos respetuosos, obedientes? Antes que un regalo, una madre anhela actos y palabras que la llenen.

Sé Agradecido. Desde temprano arranca su jornada. Cocinan, lavan, planchan, hacen el mejor café, complacen nuestros antojos, van a la escuela, cuidan nuestra salud, se preocupan por nuestra apariencia y cientos de cosas más. Decirles ¨Gracias por lavar mi ropa¨, ¨gracias mami por el té que me hiciste¨, puede alegrar su día como no te imaginas. Es sinónimo de ¨Te valoro y me importa tu esfuerzo¨. Decir gracias es una muestra de amor.

Elogia sus acciones. Si algo nos gusta a todos es escuchar palabras dulces. Dile lo linda que está, lo bien que arreglaron su cabello. Tan pronto pruebes su comida exprésale lo rica que le quedó. Analiza cómo puedes decir de forma más frecuente palabras de admiración.

Respétala y Obedécela. Es lamentable cuando no se logra distinguir quién es el hijo y quién es la madre; jóvenes que ofenden y maltratan verbalmente a sus progenitoras como fieras perdiendo el control, faltándoles el respeto tan desvergonzadamente. Evaluemos nuestras actitudes. Controlemos el tono de voz. Aunque no estemos 100% de acuerdo en lo que nos pidan, no es justificación para esta clase de comportamiento. Acepta la corrección con humildad y mansedumbre.

Vive como a Dios le agrada. ¿Qué tiene Dios que ver con esto? Absolutamente todo. Hasta hace poco entendí cuán valioso es para una madre ver y saber que sus hijos le sirven a Dios. Para mi cumpleaños 23 mami me hizo una tarjeta. Me sorprendí porque no es muy daba a escribir. Me conmovió lo que había en esa nota; no fueron elogios por mis estudios, tampoco palabras de agradecimiento por algo que pude haberle dado, sino un ¨me siento orgullosa y contenta de que te has mantenido en los caminos de Dios¨. Ahí entendí tantas cosas, lo importante que es para ellas vernos haciendo lo correcto.

Hijos, meditemos en el regalo que cada día le damos a nuestras madres. Revisemos con qué frecuencia llenamos su tanque afectivo. Vivamos como a Dios le agrada, lo demás va fluyendo por defecto. Valoremos y honremos sus vidas ahora que hay tiempo. No un día, no un rato, sino siempre.

¨ Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa—  para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra.¨ Efesios 6:1-3

Jisell Flete
Escritora, amante de la poesía, ingeniera en Tecnología de Alimentos, felizmente casada con Ramón Ureña, parte del Staff de YoSoyDinamico.